La presión de marketing es la suma de todas las interacciones que una marca tiene con un cliente durante un periodo determinado. Se utiliza el término "presión" porque se refiere a la acumulación de acciones sucesivas enviadas al cliente. Algunas personas utilizan el término presión comercial, porque la relación entre una empresa y un cliente suele ser principalmente transaccional.
Cuando el cliente siente que esta presión es demasiado fuerte, el impacto sobre la marca puede ser muy negativo. La relación se deteriora, a veces hasta el punto de romper totalmente con la marca (darse de baja de las comunicaciones o incluso dejar de comprar).
Por el contrario, cuando la presión de marketing es adecuada, la relación con el cliente se fortalece. Esto lleva a más conversiones, fidelidad y engagement con la marca. ¡Todo el mundo gana!
Pero ante la multiplicación de canales, ofertas y perfiles de clientes, ¿cómo asegurar que la presión ejercida es la adecuada para cada individuo?